El árbol de la ciencia. Análisis hasta el final de la primera parte

En esta entrada se explican mis conclusiones y las que hemos sacado en clase de los seis capítulos restantes de la primera parte. En esta, también he dividido el análisis en apartados, esta vez solo en dos. Uno en el que se profundiza un poco más sobre la personalidad de los amigos de Hurtado y sobre el ambiente de estudio, y otro apartado en el que se explican las múltiples decepciones de Andrés en estos seis capítulos.

Amistades y estudios
En estos seis capítulos hemos podido conocer la personalidad de los dos amigos de Andrés, Julio Aracil y Montaner, y hemos podido conocer nuevos amigos como por ejemplo Jaume Massó, Sañudo o Ibarra.
Julio Aracil se nos presenta como una persona muy ambiciosa, le gusta el dinero por encima de todo y tiene una gran habilidad para hacer fortuna, es un chico muy práctico. A la vez, descubrimos que es una persona muy cruel y egoísta y que al fin y al cabo, Aracil es un hipócrita.
Montaner, por otro lado, también muestra hipocresía ya que cuando este se junta con Andrés (se hacen buenos amigos a partir del segundo curso de carrera) critica a Julio, quien sigue siendo supuestamente su amigo. Es curioso que Montaner sea amigo de Andrés ya que sus ideologías políticas son opuestas. Montaner es un conservador.
En el ámbito del estudio, Andrés no se siente nada a gusto. Cree que los profesores son todos unos inútiles que no saben hacerse respetar delante de los alumnos y no imponen disciplina. Hurtado cree que el método de aprendizaje es muy poco práctico y que los profesores no motivan a sus alumnos a estudiar. Predomina la mnemotecnia, donde solo sirve memorizar. Otro dato importante es que este mismo método resulta a la vez injusto para muchos ya que muchos de los estudiantes podían aprobar asignaturas mediante cartas de recomendación escritas por familiares o amigos médicos.
Las decepciones
Las decepciones que experimenta Hurtado surgen de muchas situaciones distintas. Aunque la mayoría las experimenta durante su carrera como médico, también le decepcionan los compañeros, con los que no se siente identificado ya que todos tienen una ideología muy diversa y no sabe con quién de ellos expresar lo que piensa.
En el capítulo seis, La sala de disección, en el que se nos explica las prácticas que los estudiantes de medicina realizan sobre cadáveres. Durante estas prácticas Andrés se siente decepcionado por la manera en que se trata a los cadáveres, la forma despreocupada en que practican las disecciones, pero sobretodo la indiferencia de la mayoría de los estudiantes mostraban frente a la muerte.
Ya en el capítulo ocho, Una fórmula de vida, Andrés siente una única motivación por empezar las clases del cuarto año de carrera, las clases de don José de Letamendi, un hombre considerado un genio. Andrés empieza a leer sobre sus ideas y pensamientos y acaba dándose cuenta de que todo lo que escribe resulta ser palabrería sin realidad alguna, significando otra decepción para Hurtado.
El lugar en el que Andrés experimenta más decepción es en su paso como interno en el hospital de San Juan de Dios.
En primer lugar conocen a un médico cruel que trata mal a los enfermos, hecho que provoca que Andrés se enfrente al doctor insultándolo, pero lo que cuando se sorprende más es cuando conoce al hermano Juan. El hermano Juan es una persona que da toda su vida a los enfermos del hospital, se pasa el día realizando buenas obras para los enfermos pero Andrés no siente ningún tipo de aprecio por él, todo lo contrario, como Hurtado no es capaz de asumir el sufrimiento, le produce repulsión, por eso no entiende lo que hace el hermano de San Juan de Dios. No sabe encontrar un punto medio.

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